Con sólo 22 años de edad y un desempeño académico destacado, Jimena Luna Benavides se ha transformado en un verdadero ejemplo a seguir en nuestra Universidad, demostrando que si se quiere, se puede conseguir las metas propuestas en el día a día, a pesar de los obstáculos que se puedan presentar en la vida.
Oriunda de Loncoche, esta estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil Industrial mención Informática la vemos a diario movilizarse en su silla de ruedas eléctrica, debido a una distrofia muscular progresiva, discapacidad que no ha sido impedimento para desarrollarse profesionalmente.
Y si bien reconoce que su fuerte no es la informática, sino que el área industrial y de recursos humanos, el hecho de estar desarrollando actualmente proyectos bajo contextos reales en el Laboratorio de Ingeniería Aplicada (LIA) del Departamento de Ingeniería de Sistemas, ha sido una experiencia más que enriquecedora para su formación académica y profesional.
Oriunda de Loncoche, esta estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil Industrial mención Informática la vemos a diario movilizarse en su silla de ruedas eléctrica, debido a una distrofia muscular progresiva, discapacidad que no ha sido impedimento para desarrollarse profesionalmente.
Y si bien reconoce que su fuerte no es la informática, sino que el área industrial y de recursos humanos, el hecho de estar desarrollando actualmente proyectos bajo contextos reales en el Laboratorio de Ingeniería Aplicada (LIA) del Departamento de Ingeniería de Sistemas, ha sido una experiencia más que enriquecedora para su formación académica y profesional.
Pero sin lugar a dudas, una de sus mayores inquietudes es que muchos discapacitados talentosos no han accedido a la educación superior por temor o falta de apoyo, realidad que desde su rol como Coordinadora de la Agrupación de Estudiantes Discapacitados de la Universidad de La Frontera (AEDIS) espera mejorar.









